La posibilidad de usar algún recurso energético tiene diferente impacto en hombres y en mujeres, por tanto, los espacios de toma de decisión sobre la energía deben considerar que no es un tema exclusivamente técnico y neutral al género.
El diseño de políticas públicas para el sector energético debería contar con un equipo sensible al enfoque de género y este espacio contempla aportar a la generación de capacidades para la reducción de las brechas de desigualdad entre hombres y mujeres en el acceso y control de recursos energéticos necesarios para su desarrollo y medios de vida sostenibles.